Era un sentimiento que nació en el estomago,
y que germino en el corazón.
Fue creciendo hasta enredarse en mi garganta,
y en mis labios, una sonrisa amarga dejar.
Primero, lo sufrí,
y me dolió.
Por qué despues de brillar otra vez,
se me enfriaba el ser?
Pensé que era por lo que fue,
o tal vez por lo que no pudo ser.
Pensé que era por lo que sería,
o por lo que jamas volvería a suceder.
Entonces cerré los ojos,
y supe, en todo mi ser,
que aquello que sentía era lo que debía ser.
Tiempo atrás, supe que debía suceder.
Mi alma se partiría
para del mundo,
volver a ser.
Tiempo atrás, cuando lo supe, me preparé.
Caminé por aquel sendero
y removi esa tierra.
Tomé aquella agua
y le susurré aquellas palabras al viento.
Me que quieto como árbol,
hasta que mis raices me volvieron estrella.
Y sin darme cuenta,
despues de tantas idas y venidas,
de conjuros y rituales,
sin saberlo, el sentimiento nacía.
sin saberlo, llegaba el día.
Hoy es el día en que todo sucedería.
Mi alma bosque, mi alma estrella,
con grietas que palpitan,
se dividen en trozos que titilan.
Entre las raíces queda uno,
y en un broté verde que brilla siempre.
Otro quedará entre los colmillos blancos,
y otro en el filo de una espada.
Alguno se refugiará en la luna,
mientras que otro, robándose todo el brillo,
se perderá en el cielo,
para ser una estrella una vez más.
Unos de ellos, serán deborados por leones,
y otros, serán la corona de una divinidad.
Mientras unos se queman en el fuego abrazador,
otros dejaran de existir, para en el olvido vivir.
Quizas algunos se vuelvan aves,
y sobrevuelen tus días y tus noches.
Otros, viajaran lejos, a donde nada cambia
y se mantendrán perfectos.
De seguro, otros se vuelvan palabras,
que por tus ojos entren, y no se quieran marchar.
Quizas algunos más, revivan aquellas mariposas,
que a tu alrededor revolotearan para jamas morir.
Y quizas, solo quizas, algún pequeño pedazo
que quede allí, en donde inicié el ritual,
para con migo viajar,
a todos aquellos ajenos lugares
a los que mi destino guiará...
