jueves, 19 de mayo de 2011

PREGUNTAS

¿Por qué será que en las cárceles hay tanta gente que no puede pagar abogados? ¿Será que los derechos son inherentes a los humanos, a menos que los humanos sean pobres?
¿Cómo es que no podemos ver que una personita de doce o trece años que comete un delito fue antes de eso completamente arrasada, ninguneada, expulsada de la sociedad al punto de volverse un síntoma de la falta de humanidad que la sociedad misma le hizo padecer?
¿Cuándo nos abandonó la sensibilidad que nos hacía quebrar frente a la hoy naturalizada imagen de un niño descalzo y sin abrigo en uno de esos días de invierno que ni siquiera nosotros tapados hasta las orejas podemos soportar?
¿En qué momento pasamos de querer proteger a ese niño al pedido fervoroso de bajar la edad de imputabilidad para meterlo en la cárcel y no verlo más?
Contemplando esto no nos resultaría insólito que en poco tiempo haya quienes salgan a exigir la condena del bebé que se gesta en la panza de una madre pobre, porque si va a ser pobre seguro va a ser delincuente.
¿Cuándo nos olvidamos de la condición de vulnerabilidad de los niños, sobre todo de los que no tienen ni van a tener posibilidades de educarse, de comer, de forjarse un destino diferente a ese hacia el que son constantemente empujados?
¿Qué nos impide ver que la cárcel y todo su sistema de imposición de castigos sólo sirve para empeorar y potenciar lo que decimos querer cambiar?
¿Por qué tenemos tanta sed de venganza en lugar de sed de cambio?
¿ Cuándo vamos a entender que los sectores sociales en los que se ve más violencia son desde siempre los más violentados y son además el resultado de la violación permanente de derechos tales como el derecho a la alimentación, a una infancia feliz, a la educación y a la vida misma?
¿Por qué convertimos a ese niño abandonado en el enemigo público número uno cuando convertimos a un inundador y asesino del pueblo como Reutemann en senador, cuando le dimos a Menem la oportunidad de llegar a la instancia de ballotage en 2003 después de haber saqueado casi por completo nuestro país y después de haber profundizado un modelo implementado por la dictadura del cual aún padecemos las consecuencias? Esto por nombrar algunos casos conocidos.
¿Acaso ya nos importa tan poco lo que le pase al otro que somos capaces de ir como ciegos por la calle, de ignorarlo o de querer borrarlo de nuestra vista sin importar a dónde vaya a parar?
¿En que nos estamos convirtiendo?
¿Algún día vamos a poder entender que la seguridad consiste basicamente en vivir con dignidad y no con leyes más duras para los niños que no reciebieron jamás las oportunidades y derechos que les corresponden por ser simplemente eso, niños?
Tenemos que aprender que la inseguridad existe porque quienes creemos que la provocan viven, incluso desde antes de nacer, inseguros, olvidados, marginados y porque un día salen a buscar esa igualdad que se pregona noble y falsamente en muchas ocasiones para todos los seres humanos, nada que no les corresponda realmente. Todo lo que les es negado.
Tenemos que aprender que la violencia no se reprime, se mitiga, se suaviza, se diluye. Pero no con palos o con encierro, se diluye con conciencia, con empatía, con tolerancia, con comprensión y sobre todo, con amor.
Que sus derechos no sean sólo palabras
No hay revolución posible y no hay revolución que valga si no son nuestros niños la prioridad máxima
 
(Publicado en facebook por mi cumpa del 12 Lumila)