Hacía falta alejarse un tiempo para redescubrir esa nitidez que da el recuerdo, ese sentimiento arraigado en lo más hondo, esa sensación de estar siempre diciendo la verdad, y nada más. No hay más palabras que las miradas dulces, ni más gestos que cada movimiento manso. Esa luz, esas voces, y nada más. Esa nitidez turbia de elegir recordar todo lo más hermoso, y nada más. Que, al final, es lo único importante. :)
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